El síndrome de Waardenburg es una condición genética poco común que puede provocar pérdida de audición desde el nacimiento y cambios visibles en la pigmentación del cabello, los ojos y la piel. Su intensidad varía entre personas, incluso dentro de la misma familia, y no siempre se presenta con síntomas evidentes al nacer.
No todas las personas con el síndrome tienen todos estos rasgos. El diagnóstico depende de una combinación de señales clínicas y genéticas.
Algunos de los signos característicos incluyen:
El síndrome de Waardenburg está causado por mutaciones genéticas que afectan el desarrollo de las células pigmentarias y auditivas. Se transmite de forma hereditaria (autosómica dominante), lo que significa que un padre con el síndrome puede pasarlo a sus hijos, aunque también pueden darse casos sin antecedentes familiares claros.
Existen varios tipos del síndrome, clasificados según los síntomas presentes y el gen afectado.
Por eso es importante contar con un diagnóstico clínico y, si es necesario, genético.
El diagnóstico suele iniciarse por la observación de rasgos físicos y antecedentes familiares, y se confirma mediante pruebas auditivas y estudios genéticos. La detección temprana permite intervenir de manera adecuada y adaptar recursos auditivos y educativos desde los primeros años de vida.
Aunque el síndrome no tiene cura, la pérdida auditiva se puede tratar con audífonos, implantes cocleares u otras soluciones adaptadas al tipo y grado de hipoacusia. En Clinicaudio evaluamos la audición con tecnología de última generación y te orientamos sobre las mejores alternativas para favorecer el desarrollo del lenguaje y la comunicación.
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